El Libro de la Desobediencia. Rafael Courtoisie. Presentación de Jorge Bafico.

Presentación de Jorge Bafico

del Libro de la Desobediencia

     "Lo primero que tengo que decir es que tengo un gran afecto por Rafael a quien considero uno de mis maestros. Lo conozco desde hace un buen tiempo, primero a través de sus talleres literarios, luego como mi editor, pero sobre todo como la persona que me impulsó a escribir, siendo el primero en confiar y apostar a lo que yo hacía. Por tanto tengo que confesar que este tipo de transferencia con él, no van hacer de mí un crítico imparcial, sino un crítico subjetivo, más cercano a Naoko, Hiyori, Akari, Kameko, las cuatro mejores discípulas de Miniki, que conforman parte del universo de El Libro de la desobediencia.

El Libro de la Desobediencia Rafael Courtoisie

Me tomé el trabajo, con mucho gusto por supuesto, de pasar toda la novela por lo que se llama la nube de palabras. La nube de palabras es una representación visual de las palabras que conforman un texto, y aparecen con más frecuencia. Las palabras que más aparecen son: Okoshi, Tanoshi, Miniki, Neko. Cuatro de los principales protagonistas.

Se trata, por tanto, de historias que suceden entre personajes en un entramado. No hay una palabra que domine el relato, como en otras obras de Courtoisie, por ejemplo, como en La novela del Cuerpo, donde el cuerpo se impone de una manera auto-erótica e intercambiable, que ha devenido un bien altamente valorado. En El libro de la desobediencia, el cuerpo aparece en toda su dimensión erótica y para ser gozado, y sobre todo para ponerse en relación a otro cuerpo deseante. La obra respira, por tanto, la sexualidad de los cuerpos.

Jorge Bafico

El amor, el odio, la muerte, la crueldad y el sin sentido de la vida, también son ejes importantes de la historia. Son de alguna manera los que dan el rumbo a la narración, esta vez a través de los protagonistas claramente recortados desde el punto de vista psicológico y emocional. Son ellos con sus acciones, con sus proezas sobrehumanas los que nos van mostrando las grandezas y las pequeñeces de las que somos todos protagonistas.

Si tuviera que definir esta obra diría que es impactante, cínica, perturbadora y profunda.

Es impactante, porque el autor, nos sorprende con sus imágenes, con su narrativa y con su poesía, pero lo hace desde el humor y eso nos desarma. Recibimos ingenuos, el impacto no de la Katana, de ese sable japonés, sino del que produce su prosa poética, casi musical pero con contenidos duros y directos.

También es una obra Cínica, y lo planteo no de la forma que se lee popularmente, sino desde lo que los griegos nombraban como cínicos: es decir, se trata de una postura, donde el cínico es inocente, pero de su boca salen verdades, que no sólo son toleradas, sino que además funcionan. Desde ahí se pueden decir las peores cosas pero que en el interlocutor no son interpretadas como tales.

El Libro de la Desobediencia Rafael Courtoisie

Luego de escribir un poema por encargo al Emperador, El Emperador, personaje divertido si los hay, el poeta Okoshi nos dice:

“Me quedó bien. Espero que el zopenco del Emperador no caiga en la cuenta, al menos de inmediato, de mi sarcasmo. Espero que no descubra que lo trato de idiota, de torpe al hablar, de injusto y risible en cada una de las palabras de cada uno de sus discursos, de errado y epiceno en cada uno de sus decretos, en cada orden que da a sus lacayos.

Pero es tan soberbio, tan excesivo en su locuacidad babeante, que lo primero que pensará es que el poema festeja su laconismo, la medida precisa de lo que dice”.

Este fragmento, acorde al título del libro, es una invitación permanente a la transgresión. Rafael apunta de lleno a este tema, desde su forma de escribir y en su contenido. Este es un punto que quiero destacar de esta obra.

Sensei Gonzalo Tihista

Como dije anteriormente, también es perturbadora. Ya presente en sus novelas anteriores como Goma de Mascar o La Novela del Cuerpo. Sus palabras inquietan cuando no hieren, casi como los protagonistas de la novela. Se trata, fundamentalmente, de la potencia de la palabra que contienen esos cuerpos. Estas tan empobrecidas en la actualidad por el poder de la imagen. Rafael logra posicionar nuevamente a la palabra en su justa magnitud: como instrumento, como arma para conmover, para remover y en el caso de alguno de los protagonistas para matar.

En esta novela los monjes pueden matar con la voz, pronunciar ciertas palabras en cierto orden y en cierto momento para lograrlo. Miniki, la heroína principal, tiene una técnica donde usa la palabra para sanar, para dominar, para vencer y sobre todo para matar. Pero ella siempre insiste en que la poesía es, antes que un arma, el arte del amor. Creo que Rafael toma algo de Miniki, o Miniki de Rafael, mostrando lo más descarnado y abyecto que el amor puede ofrecer, pero siempre rescatándolo como algo humano, sin actitudes moralistas o docentes.

 Rafael Courtoisie

Curtoisie manifiesta directamente que no pretendamos "comprender" o "explicar" la historia que cuenta El libro de la desobediencia y creo que aunque yo pueda contarles la historia, hay algo de lo imposible de recortar con la palabras, algo de lo pulsional, de lo inenarrable, que solo algunos, algunos poetas como Okoshi o Rafael logra rozar con oficio. Esta es una verdadera virtud que solo unos pocos poseen.

Ambientada en un Japón medieval y mágico, diferentes historias se entremezclan, muchas veces en un metalenguaje: el poeta Okoshi encargado de la tarea de redactar un libro sobre monstruos japoneses; y encargado de entrar y salir de la obra que el mismo produce, Tanoshi, la amante del emperador, insatisfecha y deseable; Miniki, poeta y sensei de un grupo de poetas que poseen poderes y habilidades especiales, que necesita tener más de lo que posee y Neko Wal, que mas que un tatuador es un artista que es capaz de bordar en la piel de hombres y sobre todo de mujeres, las palabras y los signos más bellos de la sabiduría.

Sensei Gonzalo Tihista Rafel Courtoisie Jorge Bafico

La historia de estos personajes atrapa, y la acción y el erotismo están bien presentes, y permiten que Courtoisie reflexione sobre el acto mismo de la creación artística, sobre la desobediencia del hombre, intrínseca a la condición humana. Y creo que Rafael se divierte, en definitiva, con nosotros, transgrediendo y jugando con los lectores, atrapados en esta historia de origen milenario, donde nos lleva de la sonrisa al horror y de la acción a la reflexión.

Y lo plantea desde una perspectiva diferente, como dijimos anteriormente, desde un cinismo, de aquel que se puede ubicar más allá de la vergüenza, aportándonos una mirada interesante e intimista sobre lo humano. Y esto la convierte en una obra profunda. Otra de sus características fundamentales.

Sensei Gonzalo Tihista

Y por último, El libro de la desobediencia es un libro muy ameno de leer donde se destaca también por su sentido del humor. Es un texto divertido por donde se lo mire, lleno de ocurrencias, de metáforas, de complicidades y dobles sentidos; de momentos de incomodidad para el lector, por lo menos los que aun conservan cierto pudor.

Curtoisie es un maestro en el arte de la incomodidad, su prosa precisa, rigurosa, que es poesía también, se convierte en terreno del impudor.

Con humor inteligente y revulsivo Curtoisie nos habla de lo elegante de lo grotesco, del amor en la crueldad, del empuje a la desvergüenza. El espíritu de Akira Kurosawa, Mishima, Tarantino y Murakami, entre otros, sobrevuelan la novela en forma de prosa poética y musical, porque no hay dudas que Rafael tiene un manejo del lenguaje envidiable, transformando esta historia en mundo mágico, bello e hipnótico que atrapa al lector.

Ojalá que podamos disfrutar muchas novelas más de este autor impudoroso y genial."

Psicoanalista Jorge Bafico.

Presentación: Museo zorrilla, Montevideo, Uruguay.

Fotografía: Graciela Guffanti